Inducción Miofascial

La Inducción Miofascial es un método de evaluación y tratamiento en donde se utilizan movimientos tridimensionales y presiones sostenidas en todo el sistema fascial para eliminar sus restricciones.

Las alteraciones del sistema miofascial producen dolor y limitan la recuperación. La fascia es la forma del tejido conjuntivo que rodea todos los órganos en forma tridimensional permitiendo mantenerlos en su correcta posición y funcionamiento. Cada musculo y cada una de sus fibras están rodeadas por la fascia.

El objetivo de la técnica Indución Miofascial consiste en eliminar las limitaciones funcionales, los síntomas dolorosos y así recuperar la alterada función del aparato locomotor.

Además, el objetivo del tratamiento de esta terapia manual es optimizar la homeostasis corporal. Es decir, recuperar y desarrollar la estabilidad dinámica del sistema fascial y acentuar la calidad y eficiencia del movimiento.

¿Quién puede beneficiarse de la terapia miofascial?

Podríamos hacer un listado largo de lesiones del aparato locomotor pero destacaremos por su efectividad los siguientes:

  • Lumbalgias, lumbociaticas, cervicalgias y dorsalgias.
  • Disfunciones tendinosas: túnel carpiano, codo de tenista, codo de golfista, síndrome De Quervain, tendinitis bicipital, tendinitis del manguito de los rotadores, pata de ganso, cintilla iliotibial etc.
  • Hombro doloroso.
  • Fibromialgia.
  • Tratamiento postquirúrgicos.
  • Cefaleas de origen mecanico.
  • Fascitis plantar.
  • Cicatrices postraumáticas y postquirúrgicas.
  • Síndrome de salida torácica.
  • Disfunciones de la ATM.
  • Latigazo cervical (Whiplash).
  • Mecanosensibilidad neural.

Por otro lado, ¿qué pacientes tienen contraindicado la técnica de Inducción Miofascial?

  • Aneurisma.
  • Fracturas oseas y las lesiones agudas del tejido blando (esperar de 3 semanas a 3 meses para la cicatrización).
  • Heridas abiertas.
  • Corticoides.
  • Fiebre.
  • Hemofílicos.
  • Tumores malignos.
  • Leucemia.
  • Enfermedad de Hodking.
  • Inflamaciones agudas.
  • Patologías infecciosas.
  • Osteoporosis avanzada.
  • Síndrome vertebrobasilar.
  • Anticoagulantes.
  • Diabetes avanzada.
  • Osteomielitis.
  • Hematomas.
  • Hipersensibilidad de la piel.
  • Embarazo (durante los tres primeros meses y evitar sobre el vientre materno en todo el embarazo).